miércoles, 27 de agosto de 2008

AnDéN


Observando e intentando a duras penas construir subgrupos en grupos locales de espacios euclídeos, tan grandes como quiera n escaparse del cero, pienso cuál fácil es también crear submundos aquí, en este universo paralelo al que llamamos realidad, tan complejos y hermosos como ese otro mundo llamado Tierra que sólo reconoce el diccionario.

Unos pocos grados de coordenadas al suroeste de la plaza mayor, existe uno de esos mundos, de apenas 50 habitantes y muchísimo turista despistado.

Como cualquier mundo, es bello y armonioso, lleno de detalles y matices y rincones envueltos de recuerdos, de historias desparejas, y siempre de protagonistas distintos. En este mundo, joven e inquieto, todo el mundo está de paso, pero nadie sabe hacia donde. En sus altos techos, que como el mismo cielo dejan pasar la luz, se acumulan suspiros y miedos revueltos entre futuros inciertos. Por eso todo dura tanto y tan poco en Zacut. Las amistades florecen entre hojas, de papel como de árboles, entre extraterrestres extranjeros. Una tierra de nadie compuesta por arena de todos: los pensadores e intelectuales, los bohemios y soñadores, los artistas y escritores, los científicos locos, los disciplinados, los revolucionarios, los buscadores de problemas y/o tesoros... Una melangé de rasgos sutiles, los arrugas en los rabillos de los ojos, los pellejos remordidos, los cordones desatados y ese roto en el pantalón.

Paseo otra vez por mi mundo (uno de tantos) y observo. Encuentro allí donde los busco las plantas de los ambientólogos y biólogos, los rotuladores de futuros abogados, las calculadoras de los ingenieros, ésa nuestra biblia, el Schawm, de una extraña religión. También están las botellas de agua, medio llenas y medio vacías, los bolis gastados, los labios mordidos, los pies nerviosos, las cabezas que buscan un infinito cualquiera y las nucas agachadas y dispuestas, esas nucas que siempre, siempre quiero revolver con mis dedos. Camino entre anónima y pública, dejando que el sonido de mis pasos marque mi camino hacia ese futuro desconocido, desde este andén en el que sé que sólo estoy de paso.