sábado, 11 de septiembre de 2010

ImAgInA uN sAlVaJe



(y mira que me gusta poco coger lo que no es mío... pero no lo he podido evitar)



Imagina un salvaje,
un salvaje al que quisieron salvar
con el conocimiento,
y le inculcaron ser hombre,
cómo y cuándo desatarse del deseo,
que aprendió de otros la carga reconfortante del deber
y qué media de espacio se le debe asignar al querer.

Imagínate que vive en medio de hombres de circuito alterno,
hombre eléctricos
que cuando encienden la cabeza
se les apaga el corazón.

Un hombre de la selva que le dijeron:
ten cuidado,
los rayos son cosa de niños,
aquí el error se paga caro,
el dengue, los escorpiones
aquí los hemos envasado
pero el miedo roedor se nos escapó
y anda correteando bajo las alcantarillas,
dispuesto a quitarte todo.

Imagina un salvaje
que le contaron que la educación es libertad
pero se lo cuentan hombres calmados y sabios,
atados a libros y a despachos enormes.
Un hombre que mira el horizonte a través de esta ventana,
que ansía la sinfonía orgánica de la selva,
un poco más de suciedad y sol de la cuenta,
que tiene miedo, y no importa que le importe,
y que ha aprendido a necesitar la comodidad.
Imagina un salvaje
que se ha enamorado de una mujer civilizada
que no entiende nada del monte
y sólo quiere ir de vacaciones
en tour organizado.
Y que tiene un amigo
que le envía emails
delirantes desde la cúspide de una montaña,
hablando de la libertad
que es de lo que todos huimos.
Porque la libertad sin destilar
es un fluido imprevisible y poco higiénico,
amargo y algo apestoso,
porque llevamos demasiado tiempo
viviendo a base de sucedáneos,
porque tenemos miedo a morir,
como si vivir de cierta manera
nos fuera a hacer inmortales.

Diego Godé
"Ayuda espiritual urgente"



(...porque ando extrañando ese fanguillo pestilente...)