martes, 27 de noviembre de 2007

SaN aLbErTo MaGnO pAtRóN dE cIeNcIaS

Nacido en Baviera en 1206 y fallecido en Colonia en 1280 (alemán pues), fue un destacado teólogo, filósofo y hombre de ciencia.

El conocimiento de la ciencia física de Alberto era considerado increíblemente certero para la época en la que fue expuesto. Su trabajo en cada rama fue genial, aunque se encuentra en su sistema "huecos" característicos de la filosofía académica.

En los siglos posteriores a su muerte, muchas historias mostraban a Alberto como alquimista y mago. En sus tratados sobre química, escribió sobre alquimia, metales y materiales. Creía que las piedras ocultaban propiedades. De todos modos, existen escasas evidencias de que él mismo realizara experimentos de alquimia. La mayor parte de esta confusión surge de que trabajos posteriores, particularmente el trabajo de alquimia conocido como "El Secreto Alberto" o "El Experimento Alberto", fueran falsamente atribuidos a Alberto por los autores para así aumentar el prestigio de los textos por asociación (pero qué pillines...).

Según la leyenda, se dice que Alberto descubrió la piedra filosofal y la pasó a su pupilo Tomás de Aquino, poco antes de su muerte (ni Harry Petas ni leches). En sus escritos Magno no confirma que descubriera la piedra, pero dice que fue testigo de la creación de oro mediante "transmutación". Teniendo en cuenta que Tomás de Aquino murió seis años antes que Alberto Magno, la leyenda se vuelve poco probable.

En cualquier caso, es verdad que Alberto estaba profundamente interesado en astrología. Mientras para nosotros algo así parecería pura superstición, en la alta Edad Media pocos intelectuales, si no ninguno, cuestionaban las básicas suposiciones de la astrología: los humanos viven en una maraña de influencias celestiales que afectan a nuestro cuerpo, y por tanto nos motivan a comportarnos de un determinado modo (en plan hombres lobos y menstruaciones pero un poco más general). De ahí nació la idea de que mediante la astrología sea posible leer el futuro de las personas. Alberto convirtió en ésta el componente central de su sistema filosófico, argumentando que entender las influencias del cielo hacia nosotros podría ayudarnos a vivir nuestras vidas de forma más acorde a los preceptos Cristianos (¡¡¡aaaaans!!! ¡¡por eso lo de hacerle santo...!!! Vale, vale, ya me lo estaba preguntando...). Esta idea se recoge de forma comprensiva en su trabajo "Speculum astronomiae", aunque sus creencias pueden encontrarse en prácticamente todo lo que escribió.

Como curiosidad, también se dedicó a la música. La mayor parte de lo que escribió sobre música es en relación a las Poesias de Aristóteles. Magnó rechazó la idea de la "música de esferas" como ridículas: el movimiento de los cuerpos astrónomos, supuso, es incapaz de generar ningún sonido. También escribió mucho sobre música y los tres distintos niveles subjetivos en los que los tonos trabajaban en la mente humana: purgando lo impuro; iluminación de importante contemplación; y nutritiva percepción por contemplación (mira, otro motivo para el tema santoral). De particular interés para las teorías de la música del siglo 20 es la atención que puso al silencio como íntegra parte de la música.




Hasta aquí la lección de hoy :D.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias profa. ¿Y entonces el Alberto este no inventó nada sobre una semana de fiesta continua con kilolitros y kilolitros de alcohol?